A-plan-ADO-s en Atenas (primera parte)

Visto lo visto hasta ahora, solo me queda una cosa clara: mucho plan ADO... ¿para qué? Porque si tuviéramos que medir la inversión realizada, con los resultados obtenidos hasta ahora... ya tendríamos que llevar como mínimo 8 ó 9 medallas (el color creo que eso ya es otra cosa a discutir) pero a fin de cuentas, medallas.
Tal y como están ahora las cosas a fecha de este artículo, solo me queda decir que quizá muchos de los patrocinadores que han pagado cuantiosas sumas para financiar al deporte olímpico se estarán preguntando si no están tirando el dinero. Y hasta cierto punto es una reflexión que tiene su lógica, porque quienes sueltan el dinero, quieren como contrapartida resultados deportivos, traducidos en medallas, en las olimpiadas, que para eso pagan.
Quizá muchos, ya deberían pedir responsabilidades a los responsables del COE (Comité Olímpico Español), y en especial nosotros; primero, porque en parte no dejan de ser embajadores de nuestro deporte; segundo, porque tal y como está el panorama, la cosa se está poniendo fea de narices. No me voy a equivocar mucho si en estas olimpiadas vamos a quedar muy a la altura de países que ni siquiera conocía de su existencia, que para ellos, venir a una Olimpiada, ya es un triunfo. Vamos, que la imagen de mi país, será semejante a la de un país tercermundista deportivamente hablando.
Y si los deportes de equipo no lo remedian (en baloncesto a fecha de hoy están que se salen, y los de balonmano se lo están currando a base de bien) y salvo algún outsider que salga del anonimato como ha sucedido con la muchacha que ha ganado la plata en tiro- no hacen nada para remediarlo, vamos a ver un verdadero desastre olímpico, pues solo sacamos diplomitas olímpicos para empapelar el salón muy ricamente.
Al hablar de outsiders me refiero a aquella expresión que empleó el famoso esquiador Francisco Fernández-Ochoa, cuando en una entrevista que le hicieron en la radio, definió acertadamente el término. Se trata de gente que como él, en sus tiempos de deportistas, lograban colarse en los medalleros de forma casi silenciosa, sin hacer ruido, pero demostrando que sin medios, sin nada, sin planes ADO que valgan, sacaban la raza, las ganas y algo más para ganar. Eran los raros entre los raros, gente que por encima de todo adoraba el deporte por encima de toso y que han dedicado su vida a él, renunciando a muchas cosas.
Y será quizá gracias a esos outsiders, quienes a lo mejor nos enmendarán un poco este panorama que ya empieza a oler a desastre, y quizá ayuden a maquillar este desastre; pero no debemos olvidar que aquellos quienes tenían que dar el do de pecho, han fracasado estrepitosamente. El mal ya está hecho, ahora hay que ver si es el menos.
Espero que esto nos devuelva un poco a la realidad de lo que realmente somos, una potencia deportiva mediocre, venida a menos, pues lo de Barcelona ahora puedo decir que fue un espejismo; que ganar en una olimpiada ya no es cuestión de planes ADO, ni de entrenar duro, también es cuestión de sacar la furia, la raza, las ganas de ganar... y sobre todo que quienes cuidan del deporte olímpico, pongan más interés en él, que las medallas se empiezan a ganar desde el momento en el que un país comienza a organizar mejor el deporte de base y que ese dinero del plan ADO, en verdad podemos decir, que se encuentra bien invertido, pues parte de ese dinero sale de nuestro impuestos (aunque es un porción insignificante, pero también sale).
Lo digo porque después de haber practicado natación en un modesto club de barrio durante 12 años, más otros 9 de waterpolo, habiendo participado en competiciones oficiales; me hace hablar con cierto conocimiento de causa de esta problemática, porque salvo en waterpolo, que ahí somos verdaderos outsiders (solo en España hay, aproximadamente, unas 35.000 fichas federativas, aunque no he podido confirmar el dato real actualizado), en natación no nos comemos un colín.
Mas adelante, habrá más, seguro... esto solo ha hecho empezar
2 comentarios
CAPITAN CALANDRAKA -
Deivich -
En fin, se debería npromocionar los deportistas universitarios, que es una gran escuela de atletas, como en EE.UU.